Como clavel sin flor,
somos los dos.
No nos queda calor,
se acabó.
La fragancia se esfumó.
La rutina apago el candor.
El vació usurpo al amor.
Corazón que sin latir, late.
Sin vivir, vive.
Y sin sentir, siente.
Ese vació existir,
que mata mi vivir,
que asesina el compartir.
Tanto, tanto tiempo juntos
que ya no te tengo.
Tan, pero tan cerca y tan lejos
que ya no te conozco.
Hablando sin conversar.
Siguiendo sin continuar.
Acaso esto quieres?
Acaso esto quiero?
Durar sin permanecer?
Morir sin perecer?
Pesar eterno y hondo
como el clavel sin flor.
Como tu, como yo.
Ya no somos dos.
Conocidos pero extraños.
Tanto tiempo, tanto años.
Y termino como el clavel sin flor.
Seco, marchito, y sin olor.
Con este austero sin sabor
que desemboca en el adiós.
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