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martes, 15 de noviembre de 2011

Nadie es culpable.

Me miró con culpabilidad,
me miró con fragilidad.
Pobre, no sabe que hacer.
Pobre, no sabe que decir.
Acabo con mi tranquilidad,
acabo con mi invulnerabilidad.

Terminó esa historia mágica,
y se convirtió mi mirada en trágica.
Ambos sentimos la derrota,
de nuestra ilusión rota.
Ambos sentimos como ahorca 
esta canción corta,
de desencuentro amargo.
Que muerto y parco,
a mi rostro pudo dejarlo.

Me miró con culpabilidad,
me miró con fragilidad.
Pobre, no sabe que hacer.
Pobre, no sabe que decir.
No eres culpable,
pero a mi ser has dañado.
Y yo no soy culpable.
No soy culpable,
de no haberte olvidado.

B.

2 comentarios:

  1. PRECIOSA POESIA ,Y DE LOS FRACASOS COMO SAVES TU TAMBIEN APRENDEMOS,AUNQUE EN ESE MOMENTO NO ENCONTRASES CONSUELO PARA TU DESAMOR,EN FIN YA PASO ESA ETAPA Y CAPITULO DE TU LIBRO,LLAMADO .VIDA.UN ABRAZO,LASKMI.

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  2. Eso es muy cierto,
    lo errores son nuestros maestros.
    Un abrazo Lakshmi y gracias por comentar.
    B.

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