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jueves, 13 de octubre de 2011

Nadie escucha mis ruegos.

Me morí y me muero,
y a morir vuelvo.
Aturdido como el trueno,
que me parta un rayo quiero.

Aunque el mundo entero 
me diga lo contrario,
no aguanto el desespero,
mi vida es un calvario.

Pues no, esta existencia,
no conoce el amor,
muerto estoy en vida,
aun late mi corazón.

Dicen que podría ser peor,
pero también podría ser mejor.
No vivir con tanto dolor,
y sentir al menos una razón,
para no vivir en el ardor,
de una vida sin amor.

Morí y sigo muriendo,
muriendo de nuevo.
Pues aunque siga viviendo,
nadie escucha mis ruegos.

B.

P.d: Esto fue escrito hace mucho mucho tiempo en uno de esos días en que uno ve todo negro jejeje.

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